El Grupo de Investigación ATAEMHIS les invita a la exposición “Fortificaciones, poblados y pizarras. La Raya en los inicios del medievo”, que tiene lugar en el Palacio de los Águila de Ciudad Rodrigo desde marzo de 2018 hasta junio de 2019.
El final del Imperio Romano abrió una nueva era en Occidente. Aunque lo que se nos ha dado a conocer sobre este cambio se ha relacionado con la catástrofe y el retroceso social, económico y cultural, la realidad fue mucho más compleja. Puede verse como una mezcla de transformaciones y pervivencias, que dieron lugar a un mundo distinto al que desde hacía siglos había girado en torno a Roma. Los resultados variaron de región en región, ya que el Imperio había sometido bajo su manto globalizador a un conjunto variopinto de espacios y gente con características dispares. Cada región, después de la caída de Roma, evolucionó de distinta manera.
El objetivo de la exposición Fortificaciones, poblados y pizarras: la Raya en los inicios del MEdievo es acercar a los visitantes a un período fascinante y poco conocido a través de una historia regional. El territorio de la actual Raya posee numerosas evidencias sobre estos siglos, lo que le convierte en un ámbito privilegiado para profundizar sobre la forma y el sentido de los cambios que dieron lugar al mundo posromano. Un tiempo en el que la Raya, la frontera política sólida más sólida en toda Europa Occidental, no existía. Esta muestra es una oportunidad de adentrarse en un pasado común y de crear lazos entre países tan afines como España y Portugal.
La exposición toma su título de tres de los principales fenómenos que definen la evolución de la Raya, así como de otras regiones, a lo largo de este tiempo. El primero se refiere a las fortificaciones, a los asentamientos rurales fortificados que aparecieron en estos momentos y que se convirtieron en centros desde los cuales se ejerció el poder sobre los territorios vecinos. Estos lugares sustituyeron a los antiguos centros de poder y en ellos se advierte la presencia de grupos con una mayor capacidad social y económica.
El segundo son los poblados campesinos, formados en esta época y reflejo de las actividades de la mayoría de la población, que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería en una situación de mayor autonomía con respecto al estado y a las aristocracias, que en el período anterior. El tercero lo constituyen las pizarras, inscripciones realizadas en ese material que nos hablan de la pervivencia de la cultura de lo escrito y de las transformaciones en la lengua. Muchas de ellas solo poseen signos numerales y son de difícil interpretación, pero su concentración en algunos de los asentamientos fortificados hace pensar que formaban parte de los instrumentos de dominio que se ejerció en estos lugares. Además, la exposición se detiene en aspectos particulares, como la producción de objetos cotidianos, el mundo funerario o el papel de eruditos locales, como Serafín Tella.
Un tiempo de oscuridad aparece así iluminado, aunque se parcialmente y nos ofrece nuevas imágenes que van más allá del retroceso y la catástrofe. Imágenes que nos hablan de las gentes que no aparecen en los grandes relatos históricos. Es una historia de campesinos, de líderes locales cuyo horizonte se reducía a su región. Una experiencia compartida a un lado y otro de la Raya y que generó un patrimonio histórico-cultural que aún hoy se conserva en estas tierras del interior de la Península Ibérica.
El GIR se encuentra representado en las tareas de organización de la muestra a través del Comisario de la Exposición, el profesor de la Universidad de Salamanca Iñaki Martín Viso. Asimismo, la exposición dará lugar a la publicación de un catálogo en la que ATAEMHIS también se verá representado por un nutrido número de miembros del grupo. Próximamente, les aportaremos más información al respecto.
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